lunes, 8 de noviembre de 2010

Sin son ni ton

Ya no sé si son es intelectual,
para ello necesito inspeccionar,
su capacidad y habilidad de instilar,
cada nueva imagen sin mi mente insultar,
esa tiende a insubordinarse radical,
mientras proceda a instalar lo tradicional,
no deseo interactuar de forma integral,
sí prefiero intercambiar en modo insustancial,
todo factor insignificante insinuar,
a manera manifiesta ésto recalcar.

Son afectos que inscribo con fin de insertar,
en la totalidad de la cavidad a guisa causal,
carente de método, ausente de procedimiento sentimental,
no le da diferente, si parece igual,
porqué objeto lo contrario en estilo fundamental,
más que exornar, vine aquí a exhotar,
sea la propugna idéntica a lo que tenga por predicar,
y le ponga en práctica, lid monto, quid a preconizar,
por entero el concepto a pregonar nos proclaman,
cualesquiera procedan un nus de cosis a experimentar.

En esencia te doy la razón de procurar,
que pase de inexperto al estado docto en técnica,
y la pericia sea más que simple destreza,
tan competente cuan conocedor de vida,
aquel efecto que afecta ésta peripecia,
mayor a gragea, fortuita la píldora,
fenómeno habitual cuando se ama,
sin son, además de tenor en la persistencia,
ni ton, fuera de mis sentidos me desordena,
entonces, sin ton ni son, sin son ni ton queda.

El propósito parar en medio con mesura intensa,
qué alcance obtenga depende de mi propia existencia,
el límite se precisa conforme a la media,
entre el grado de apego y la medida concreta,
habido en la escala que en mi estado aprecia,
mi alma, mi cuerpo y sustancia entera,
subo un peldaño intrincado que categoriza,
el término absoluto que contiene y expresa,
nuestra relación sincera, innovadora y lógica,
bajó al punto de infinito tenor su finalidad.

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