Como sardina enlatada
pasa la oruga de crisálida
a mariposa linda,
tal cilantro picado
se ve el dulce higo
que como con sorbos de tofu,
semillas de mastuerzo,
olores a canela
también conforman
éste lienzo.
¡No! es cena, ni almuerzo,
es para que te desayunes,
luego de una noche de algo
más que un bostezo,
da sudores tu calentura,
y mi pasión casi locura,
de bienes tus caderas,
da amores tus humores,
y vienes a sabiendas,
de lo que te espera.
La dentadura…
la reconoce mi lengua,
sin ataduras,
mas, tampoco irrespeto
por el hermoso lazo
que nos hemos puesto
de mutuo acuerdo,
tu cuentas contigo cuento,
yo supongo puede ser inverso,
norma común en el universo.
La llamada no es necesaria,
de igual modo sobra el refuerzo,
me conforma que hagas un esfuerzo,
por darle a mi mente una idea,
algo que jamás pensaría,
si no te cruzaras por mi vía,
da lo mismo que no sepas,
que tengo guardadas caricias,
para el día en que me admitas…
entre tus sabanas y piernas.
El lomo de atún con suero,
pimienta de cayena, cebollas rojas,
algo de vinagre balsámico y aceite de olivas,
un toque de sal, un tilín de azúcar,
para prepararte lo que quieras,
con éste que no ve el sol al este,
sino dondequiera tu alma esté;
quizá unas hojas de té verde,
miel de árnica y agua de tu boca beber,
así soñar que las rocas rosas se hacen por deber.
Quisiera brindarte no unos chocolates,
muy trillada salida, tal vez una copa de vino,
no sé aún si blanco o tinto,
sauvignon o Borbón,
mientras se decante por tu gañote de cañón,
sientas que su tenor, fragancia y bouquet,
está hecho para un vida tu, no un usted,
que percibas la ricura de sus burbujas,
diseñado entre robles a su merced,
y vaciado a por borbotones entre cantos de selvas.
Y que no valgan tus besos menos que cien quilates,
las manos asomen un dejo de temblor,
consintiendo mis cabellos conscientemente,
que yo en mi constante vibrar te responderé,
asimismo, las palabras las lea de tu mente,
cual viejo vidente o psíquico cantor,
que entre tu y yo no haya temor,
y hallarte cada día compartiendo el tiempo,
con éste servidor,
que sólo ofrenda su amor.
As canned sardine
passes the caterpillar chrysalis
a beautiful butterfly,
such coriander
fig is sweet
that as with tofu sips,
cress seeds,
cinnamon smells,
also make
This canvas.
No! is dinner, nor lunch,
breakfast is for you,
after a night of something
more than a yawn,
gives you fever sweats,
and my passion about madness,
well your hips,
give me loves your moods,
and come to knowingly
of what awaits you.
Teeth...
recognizes my tongue,
unattached,
but, no disrespect
by the beautiful bond
that we have set
on mutual agreement
your accounts with you story,
I guess can be reversed,
common standard in the universe.
The call is not necessary,
equally on strengthening,
to conform I make an effort,
for giving my mind an idea,
something you never thought,
if you cross my way,
The same is it did not know,
I kept stroking,
for the day I admit...
between your legs and sheets.
With serum, the tuna steak,
red onions, pepper cayenne,
some balsamic vinegar and olive oil,
sugar ling, a touch of salt,
to prepare what you want,
with it has not seen the sun in the east,
but wherever your soul is;
maybe some green tea leaves,
arnica honey and drink water from your lips,
and dream of rock roses are made out of duties.
I would not give you some chocolates,
very worn out, maybe a glass of wine,
I do not know yet if white or red,
sauvignon or Bourbon,
while your gullet of favoring gun -
feel that its wording, fragrance and bouquet,
is made for your life, not thou,
you perceive the sweetie of your bubbles,
designed the Oakwood at his mercy,
and emptied by bubbling songs from forests.
And your kisses are worth not less than one hundred carats
hands stick out a hint of tremor,
my hair consenting consciously
I constantly vibrating in my answer thee,
Also, the words to read your mind,
which singer clairvoyant or old psychic,
that between you and me there is no fear,
and find you spending time each day,
with this server,
offering only his love, me.