Por tanto, el progreso sólo puede ser descrito, quizás detalladamente, sin embargo, jamás se podría abarcar su exacta cualidad. Se puede cuantificar el progreso, pero no conocemos que vendrá después de él, ya que ello depende de como es recibido por la sociedad.
Claro que para saber hacia donde va el progreso hay que señalar que un paradigma, marca un modelo a seguir, no necesariamente imponiéndolo o como acto de fuerza, sino exponiéndole para que abra puertas y mentalidades obsecadas o con tendencia a lo estático, que al fin y al cabo se vuelve obsoleto.
Y una técnica determina que herramientas están en uso o en desuso, según sea el camino que haya escogido un pueblo, implementándose aquella que se considera mejor para construir el futuro, que nos alienta a renovar posiciones, a incrementar esfuerzos, que lleva inexorablemente al camino de lo hermoso, lo bueno, lo justo, lo útil y valioso, o sea, el progreso.
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